Conjeturas Edición 447

Indudablemente el ansia por la posesión del oro convierte a este antropoide depredador llamado hombre en un ser violento, facineroso, transgresor superlativo de la ley y carente absoluto de moral. Charles Chaplin se volvió loco en la película La quimera del oro, filmada en 1925 y en ella, acosado por el hambre, soñaba con que sus zapatos se convertían en una suculenta y humeante gallina. Hernán Cortés, en el México de la conquista, quemó las naves por el oro y la Malinche, la joven princesa indígena que se convirtiera en su amante y llegara a ser fiel intérprete y auxiliar de los españoles, fue capaz de traicionar a sus hermanos originando, según el nobel Octavio Paz, el carácter marrullero y astuto de nuestra raza latinoamericana. El oro en California ocasionó, en el siglo antepasado, la movilización de millones de seres humanos que lo único que buscaban era un gramo del tan preciado metal.
Ese desvarío por el oro, una verdadera epidemia social que afligió a casi todo el mundo en la segunda mitad del siglo XIX, originó movimientos masivos de personas hacia regiones rurales, posibilitados por el perfeccionamiento de los medios de comunicación y de transporte y espoleado por un sistema monetario internacional fundamentado en el patrón oro. Las consecuencias sociales y ambientales fueron inmensas. Comunidades indígenas fueron masacradas, desplazadas de sus territorios o sucumbieron víctimas de enfermedades que llegaron con los mineros. Grandes extensiones de esos territorios fueron devastadas y los ríos contaminados con residuos químicos venenosos. Muchas personas cambiaron su forma de vida, basada en el trabajo y el esfuerzo, por el deseo de ganarla rápidamente con poco trabajo y mucha chiripa. La violencia tiranizó aquellas tierras: entre los hombres y en perjuicio de la Naturaleza.
Ahora, retornó esa maldita enfermedad y empieza a afectar a Colombia y al mundo. Nos la contaminan grandes empresas transnacionales mineras, auxiliadas por esos gobiernos que impulsaron e impusieron desacertadas políticas públicas tales como la seguridad democrática, seguridad inversionista, flexibilización laboral, incentivos tributarios, Plan Nacional para el Desarrollo Minero 2019, y por el progresivo empobrecimiento de las políticas e institucionalidad ambiental, la adecuación de las normas mineras a los intereses de esas empresas y, en general, el sometimiento del país a las grandes corporaciones económicas internacionales.
Este panorama no cambiará en el corto tiempo porque el Programa de Gobierno del presidente Santos, “110 iniciativas para lograr la Prosperidad Democrática”, notifica que la minería será una de las cinco “locomotoras” de la economía (punto 30) y, además, que se mantendrá como “punta de lanza del país” (punto 92). Preparémonos pues: las fiebres o “calenturas” producidas por el oro” subirán.

CONJETURAS FAMOSA” UN PALADÍN DE LA MÚSICA COLOMBIANA

Tal Pareciera que se nos olvidaran los orígenes de nuestros aires musicales tradicionales. Ellos fueron depurados en el mismo crisol en el que se moldeó nuestro mestizaje; allí confluyeron razas y culturas, sonidos y palabras, ritmos y sentimientos para dar origen a una música rica en armonías, melodías y letras de gran elaboración y profundo sentimiento, siempre entonada por maravillosas voces e interpretada por auténticos virtuosos. Si se apreciara verdaderamente, nuestra música superaría con creces, a tantas “luminarias” que se promueven en la actualidad.
Por fortuna, existen más de cien concursos y festivales y algunos pocos espacios radiales y televisivos que parecen darnos a entender que los aires tradicionales no desaparecerán. Además, con la irrupción y arraigo de festivales y concursos, como “El Mono” Núñez, El Festival Hatoviejo y Antioquia le Canta a Colombia, se instauran las bases de una época proclive al advenimiento de una sucesión de jóvenes dinámicos y talentosos que generan una nueva propuesta para los tradicionales y siempre hermosos aires andinos colombianos.
Pero, por desgracia también abunda en la actualidad música proveniente de otras latitudes, alguna de buena calidad, pero otra que hace ponderación del mal gusto, el vicio y la vulgaridad, con letras horrorosas, melodías desagradables e intérpretes deplorables que desdicen del buen gusto de los dudosos melómanos que las prefieren.
Quedan no obstante, defensores a ultranza de nuestra música andina, idealistas cuyo amor y veneración por ella refutan con vehemencia la consumación de los aires autóctonos de Colombia.
En Guadalajara de Buga, por ejemplo, persiste tesoneramente en la defensa resuelta de nuestros aires nativos un quijote idealista, Fabio Molina Sánchez, cariñosamente llamado FAMOSA, quien desde muy joven difunde la música colombiana en donde sea; recorre toda Colombia, por sus propios medios, asistiendo a festivales y encuentros musicales, lo que le permite conocer como el que más la música colombiana; posee quizás una de las colecciones más grande de la música andina de la patria, diciéndoles a todos que hoy, como en ninguna otra época, hay excelsos compositores, intérpretes, discos y festivales de música andina colombiana; pero que por desgracia ésta carece de difusión, respaldo empresarial, verdadero apoyo estatal y cultural y de entusiasta público oyente.
Qué bueno sería que la pomposa Secretaría de Cultura del municipio de Guadalajara de Buga optimizara su quehacer, aprovechara la oportunidad para convertirse en una entidad oficial más efectiva y competente, y se acordara en apoyar decidida y completamente a “FAMOSA”. Con ese solo hecho cumpliría una buena parte de su cometido cultural y se granjearía la felicitación y el reconocimiento de todos.

Conjeturas Edición 442

SALVADORES MESIÁNICOS

Faltando aún un año para las elecciones de gobernadores, alcaldes y concejales municipales, allá en lontananza empiezan a vislumbrarse los albores de los nuevos comicios y como impelidos por soplos divinos aparecen mesiánicos salvadores (en esta ocasión en cantidades asombrosas), pero al igual que en años anteriores y por quedarse sin argumentos en su locuaz promeserismo, echarán mano de nuevo al tan manido cuento de: “acabar con la pobreza y deserción escolar (analfabetismo)”, “mejorar salud, vivienda y seguridad”, en fin, lo mismo de cada cuatro años y, que de cumplir se quedarían sin argumentos para futuras elecciones.
Lo raro es que suben al poder y empiezan a hacer todo lo contrario de lo prometido. Sacan ases de la manga. Si hubiesen anunciado esas triquiñuelas en sus campañas, nadie hubiese votado por ellos.
No podemos olvidar que un pueblo engañado por sus dirigentes es un pueblo frustrado; se torna inseguro, violento y autorizado para obrar de igual manera; o sea para engañar, mentir, asaltar en la buena fe, incumplir. El pueblo es fiel reflejo de sus dirigentes. La política es algo tan serio que no debe ser manejada por politiqueros.
Es tan grave no cumplir lo prometido como hacer cosas que ni siquiera se habían mencionado. Eso tiene una mala presentación, da la impresión de que se estuviese engañando al elector. Se delinque así, por omisión y por acción.
Qué bueno sería que aspirantes a Alcaldía y Concejo tuvieran ideas claras sobre necesidades del municipio y no las de ellos. Así evitaríamos improvisadores haciendo babosadas en dichos cargos e impediríamos que el municipio cargara con el San Benito de tener que aguantar su mediocridad cuatro años, ya que son irremplazables durante todo ese tiempo y ellos lo saben.
Guadalajara de Buga merece nuestra atención. Diga al candidato que tiene en mente para ser elegido concejal: voto por su gestión no por Usted. Diga a su presunto diputado: voto para que nos represente dignamente en la duma y, digámosle a quien pudiéramos elegir como Alcalde: trabaje para su pueblo no para sus intereses particulares.
Exijamos a los candidatos que se están postulando, claridad en sus ideas y pensamientos. Procuremos que los organismos de control cumplan con su deber; ¡denunciemos mediante veedurías efectivas!

Conjeturas Edición 440

La meritocracia es un sistema por medio del cual el aparato burocrático de un Estado, es decir los funcionarios estatales, son seleccionados para sus cargos de acuerdo con su capacidad. En dicho sistema no existe discriminación por sexo, raza, posición social, patrimonio económico o filiación política. Por desgracia, la bendita herencia cultural que se recibe del medio familiar y educativo hace en la práctica imposible la igualdad de oportunidades y en consecuencia, la teórica justicia del sistema pierde valor, de tal suerte que las élites económicas, sociales y políticas tienen entonces, una notable diferencia de oportunidades a su favor con relación al resto.

Por estos días el gobierno de Juan Manuel Santos anuncia con bombos y platillos que apelará a unos filtros para seleccionar altos cargos oficiales y adoptará un supuesto sistema meritocrático utilizando cinco firmas consultoras en talento humano para la selección de esas plazas. Los aspirantes, por supuesto, tendrán que someterse a un riguroso proceso selectivo realizado por el Departamento Administrativo de la Función pública.
Por desgracia el sector privado y el sector público no funcionan de la misma manera. Por eso, aunque da la impresión de ser un buen paso para alejarse del clientelismo y las preferencias, las dudas no se hacen esperar: De esos presuntos filtros, ¿Cuál será el primero? Si ese primer filtro sigue siendo la “calidad” o el “mérito” de ser amigo del caudillo o de los mangoneadores dirigentes políticos de turno, los otros tamices se transformarían en innecesario adorno.
No es por molestar, pero mientras en la política se reciban auxilios para las campañas habrá que seguir pagando con favores políticos llámense contratos o puestos. A uno le entra la duda y pensaría que a esas firmas consultoras las eligen ya arregladas, buscando favorecer a cierta corriente o color políticos. Ojalá se cumpla, porque Uribe dijo lo mismo y terminó en lo mismo (corrupción al por mayor) y hoy sólo se investiga por encimita los casos más notables: Notarias, traslado de presupuestos a las pirámides, etc.)
¿Será verdad tanta belleza y se acaba el roscograma y la repartija del ponqué? entonces, sería el primer coletazo de la famosa unidad nacional que no fue otra cosa que un intento de Santos, quien no tenía votos propios, de reemplazar el principal instrumento uribista -el populismo- con más clientelismo.

Conjeturas Edición N°439

Una necedad demagógica y populista

En días pasados superó la primera de las ocho votaciones requeridas en el congreso para ser aprobado, el proyecto de Ley que propone otorgarles derechos políticos a los colombianos a partir de los 16 años lo que les daría a estos jóvenes la posibilidad de elegir para corporaciones (exceptuado Cámara y Senado) y cargos de elección popular, además que se les facultaría para ser elegidos, pero únicamente como ediles, concejales o diputados.
Aunque suene novedosa y de avanzada, esta proposición del senador Jorge Londoño del partido Verde no pasa de ser una necedad demagógica y populista porque con ella su promotor quiere modificar la Constitución para darles a los jóvenes el derecho del ejercicio al voto, dejando en manos del Consejo Distrital y las Asambleas departamentales la aprobación del mismo, lo cual significa cambiar la forma pero no el fondo de las cosas
Además, con dicho proyecto no se está ampliando tan sólo el número de eventuales sufragantes, sino que también se les está dando ingreso a los más jóvenes a un sistema y un ambiente político–proselitista que se caracteriza fundamentalmente por ser deshonesto, despiadado, turbulento y poco edificante. De esta forma, se estaría relacionando directamente a estos adolescentes con las arrolladoras maquinarias políticas, lo cual los haría presa fácil de politiqueros inescrupulosos quienes los convocarían para cumplir con las ya muy conocidas labores de clientelismo político y así obtener de ellos el mayor beneficio posible para sus causas personales.
Naturalmente que es deseable que las personas desde muy jóvenes se preocupen por las cosas del Estado, pero igualmente no es justificado pretender tan solo conveniencias de tipo politiquero, aprovechándose de manera indecorosa de los derechos políticos de los más jóvenes.
¿No deberíamos pensar primero en la calidad y cobertura del deficiente sistema educativo colombiano? Porque es irrazonable concebir que la gran mayoría de los jóvenes colombianos que a duras penas pasan por un colegio pudiesen, a sus 16 años, haber adquirido conocimientos suficientes o criterio categórico, como para que les sea posible participar autónoma y eficientemente en un espacio político tan complejo y poco eficaz como el de Colombia. Se debe Implementar primero soluciones de base e impulsar en el Congreso proyectos de ley para educar mejor a nuestros jóvenes; se debe también procurar mejorar su nutrición, su salud y otros campos indispensables relativos a su desarrollo personal y familiar para que en un futuro puedan ingresar sin tanto menoscabo y con mucha propiedad a la participación política.

CONJETURAS LA AMISTAD SENTIMIENTO ESENCIAL PARA LA CONVIVENCIA

Todas las personas como es bien sabido somos titulares de derechos humanos, inalienables, irrenunciables e imprescriptibles, aunque en la realidad ello no sea ciertamente así. El solo hecho de saber que existen y que los poseemos nos obliga a conquistarlos a entronizarlos, a adquirir el compromiso absoluto de su defensa y a participar de la necesidad básica derivada de ellos: la convivencia humana. Además del parentesco, el amor conyugal, las asociaciones, la unión comunitaria, etc., la amistad tiene un papel preponderante en el fortalecimiento de esa convivencia.

Es que la amistad entre dos seres humanos, es un sentimiento caracterizado principalmente por la reciprocidad del afecto y el desinterés con que cada uno tiende la mano al otro en condiciones adversas e incluso en circunstancias de riesgo.

Sí. El verdadero amigo se presenta a las puertas del corazón cuando el alma rebosa de inquietudes, angustias y congojas; entonces se convierte en paño de lágrimas; se torna en bálsamo que brinda frases de optimismo; se vuelve tea luminosa que irradia luz al final de la oscura encrucijada para abrir una ventana refrescante que airee el espíritu y oxigene las ilusiones.

El amigo verdadero comparte alegremente la dicha, el júbilo y la felicidad del otro por las metas conquistadas, por los triunfos logrados, los deseos cumplidos o los ideales alcanzados, porque entiende que la felicidad se engrandece al compartirla, que hay dichas que no caben en un solo corazón y que el regocijo es fiesta cuando se comparte.

Pero también el amigo, como la conciencia crítica, advierte los peligros, hace ver más claros los errores, previene la inminencia de un fracaso y deja ver que no solo se aprende de los propios errores, sino también de algunas aleccionadoras experiencias ajenas.

De ahí que la amistas se construye sobre bases sólidas: respeto, verdad, honestidad y tolerancia; se adorna con la lealtad, la servicialidad y el ánimo cordial.

Si tú, amable lector, tienes amigos verdaderos, levanta las manos y agradece al cielo porque has recibido el regalo más preciado que alguien pueda obtener en su vida, puesto que se dice que el amor de pareja debe tornarse en amistad para no ser un simple sentimiento abstracto y pasar a ser una positiva vivencia renovada.

CONJETURAS A PROPÓSITO DEL AMOR

El amor es algo muy complejo, desde luego. El concepto de "amor" es desacertado al igual que el término "amable". Casi todos entendemos que amable es alguien simpático y abierto. Pero no siempre es cierto dado que amable es una persona que "se puede amar", que entraña la capacidad de que alguien la ame. ¿Pero que es amar?
Se dice que se puede tener amor por algo o por alguien: hacia los familiares, por el novio o novia, esposo o esposa, es decir por la persona, cuya diferencia con los amigos es con quien nos acostamos con esa persona. Sí, eso es así. Hoy en día la diferencia entre un amiga (o) y una novia (o) es la relación sexual. ¿Hay, quizás, una sobre valoración del sexo? Veámoslo de esta manera. Se pueden tener muchas amigas y sigue siendo amor y nadie lo reprocha. Pero ¡Ah! No se pueden tener muchas novias; eso ya no es amor según el entendimiento popular, sino ser un desvergonzado o desvergonzada infiel, por no decir algo más soez y chabacano. Eso está bien; en la teóricamente fiel monogamia occidental es una manera de que haya orden y la vida, en un supuesto, transcurra sin problemas. Es el "amor infiel", tan en boga hoy en día el que nos causa inconvenientes.
Clarifiquemos entonces: amor, en el amplio sentido del vocablo es un bello sentimiento hacia otra persona, quizás deseando siempre su bien. Pero no lo confundamos con el “enamoramiento”. Es que habitualmente se suelen enmarañar ambas palabras; sin embargo hay diferencias sustanciales entre las dos. Se dice que el amor es eterno o para siempre, mientras que el enamoramiento es temporal; es que esa pasión desmedida, casi que “encaprichamiento” hace ver a la persona amada como ideal, situándola en las alturas para observarla perfecta desde el pedestal. En el amor sereno no existe tal idealización ni perfección, a la persona amada se le ven los defectos y se aceptan. Claro está que el enamoramiento es amor también, pero es sólo una fase, la primera de él.

Pero cabe preguntarse, ¿Es también el amor egoísta? Obviamente que si no hay entrega y sacrificio mutuos ese sentimiento se tornará sórdido y mezquino. De ahí que los más escépticos dirán que el amor no existe, que sólo son hormonas que vamos dejando caer para atraer a un miembro del sexo opuesto y así agarrarlo bien fuerte para nuestra propia supervivencia. Como los animales. Esto sí que es triste. Pero bueno, sea lo que sea el amor y como sea, lo importante es decir que qué bien se siente uno cuando ama y es amado ¿no creen?

Conjeturas Edición 434

Ahora sí la Yidispolítica es un verdadero cohecho

La finalidad de un Estado de derecho aparece descrita y formulada en su Constitución. La Carta Política colombiana enuncia esa finalidad de manera fundamental en su preámbulo: afianzar la justicia, promover el bienestar general, asegurar los beneficios de la libertad, consolidar la paz, promover a la defensa común. Para lograr esos fines con equidad, el Estado colombiano ha de recorrer siempre el camino de la legalidad ética. Por desgracia, en nuestro país, así como en casi la mayoría de todos, ha existido la corrupción oficial que no es otra cosa que el uso del poder en beneficio propio Fue así como se dio el famoso caso de la Yidispolítica, típico ejemplo de la posición de poder, respecto de la cual existe una significativa sentencia latina: “Corruptio optimi péssima” la cual expresa en forma breve una gran verdad: “La corrupción de los mejores es la peor de todas”. Recordemos que para lograr que el Congreso aprobara la enmienda constitucional con la cual el presidente Uribe pudo ser reelegido, funcionarios de muy alto nivel del ejecutivo nacional ofrecieron canonjías que aseguraran los votos necesarios para su aprobación. Eso se llama cohecho y por tal delito fue condenada la señora Yidis Medina; de ese nombre surgió el vocablo “Yidispolítica” para significar el escándalo político desatado. Los colombianos vimos con estupor que tan solo se condenó por tal quebrantamiento legal a una sola persona, aconteciendo que de tal delito son culpables, tanto el que da como el que recibe. Es decir, se creó en Colombia una variante de ese delito: el cohecho unipersonal, pese a que Medina confesó haber recibido prebendas y a que acusó a quienes se las dieron. El juez resolvió que solo fuera culpable quien recibió, sin que lo fueran los que ofrecieron dichas prebendas. Por fortuna, ahora, resulta que la Procuraduría General de la Nación, en un acto que le da continuidad al proceso investigativo originado en la Yidispolítica, encontró que el ex ministro del Interior y de Justicia, Sabas Pretelt de la Vega, sí tuvo parte en ese cohecho al permitirle al también representante Tedolindo Avendaño el derecho a nombrar un notario, tal como lo había denunciado la representante Medina y en consecuencia destituyó a ex ministro del interior y le prohibió ejercer cargos públicos por doce años. Lástima, sin embargo, que la justicia de nuestro país demore tanto en enmendar los yerros para restablecer la equidad. Por desgracia las disposiciones desacertadas de los jueces han perpetrado las peores iniquidades y ocasionado consecuencias irreparables a muchas personas.

Una ley xenófoba y racista

Hacia finales de abril pasado fue promulgada en el Estado Sureño de Arizona, Estados Unidos de América, por la Gobernadora Jan Brewer, la Ley SB 1070 que criminaliza la inmigración indocumentada hacia ese estado, pero que pudiera propagarse por otros estados de esa nación.
Esa inicua disposición, que tiene un profundo carácter racista y xenófobo, no es otra cosa que una brutal violación de los derechos humanos por parte de una nación que arrebató por la fuerza ese territorio a México, contra cuyos inmigrantes está concebida inicialmente la odiosa normativa, dada la inmediación fronteriza entre esas dos naciones. Es por ello que los Estados Unidos de Norteamérica debería reconsiderar su esencia de nación y el espíritu de sus forjadores, ya que se trata de un pueblo que tuvo su inicio y grandeza a través de los inmigrantes.
La polémica ley que entró en vigor el 29 de julio pasado aunque suavizada, puesto que las secciones más controvertidas de ella quedaron en suspenso por orden judicial después de que el Presidente Obama la recurriera. Engendra, de todas formas, una atmósfera de malévola persecución contra los inmigrantes en general, porque ¿quién desconoce que millares de personas, en especial latinoamericanos, se ven obligados a desplazarse a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias? Pero por otra parte, ¿cuántos hacendados pequeños y grandes industriales se han enriquecido con el sudor de los latinos, pagándoles salarios de miseria por ser indocumentados y cuánto tuvieron que pagar estos a los comerciantes de la ilegalidad? Pobres latinos, son usados y luego desechados. Ojalá que tal disposición no se convierta en un incordio para los arrogantes gringos que desdeñan los trabajos menores: limpieza, recolección agrícola, servidumbre, casi todos desempeñados por hispanoamericanos.
La ley ha sido bloqueda parcialmente por la jueza federal Susan Bolton en tres aspectos importantes: la prohibición a los agentes de policía a comprobar el estatus migratorio de una persona a la que hayan detenido por otras razones; se suspende igualmente, la obligación de los inmigrantes a cargar siempre documentos que demuestren la legalidad de su ingreso al país y finalmente, queda en suspenso la sección que convertía en delito el que los inmigrantes indocumentados pudieran pedir empleo en lugares públicos.
Qué reprochable la doble moral de un país que mientras construye muros y aprueba leyes como esta y trata de cerrar las puertas a los inmigrantes a esos territorios, antiguamente mexicanos, pero despojados por la fuerza a ese pueblo, a la vez mantiene en toda su vigencia la Ley de “Ajuste Cubano”, típica legislación de evidente sesgo político, la cual permite la emigración de cubanos hacia los Estados Unidos, sin cortapisas, pues hasta a los delincuentes llegados de esa isla se les permite el ingreso sin que sufran deportación alguna, todo por la hostilidad política hacia la nación isleña, sea cual fuere la ideología política que tengan los cubanos.

Conjeturas Edición 424

La democracia ha dictado su fallo

María Stella Jara, la jueza que hace algunos días condenó a 30 años de prisión al coronel (r) Alfonso Plazas Vega como responsable de la desaparición de 11 personas durante la retoma del Palacio de Justicia, en noviembre de 1985, tuvo que salir del país. Las constantes y delicadas amenazas contra ella y su familia de las que ha sido blanco desde el pasado mes de septiembre, fueron suficientes para tomar la determinación de exiliarse. La sombría táctica de las amenazas ha sido siempre un burdo recurso desestabilizador tendiente a promover condiciones de impunidad para que no tenga aplicación el derecho y predomine la fuerza de quienes pueden ejercerla en forma arbitraria. La alocución que hizo el presidente Uribe a favor del coronel condenado exacerbó sin duda, las ominosas amenazas contra la funcionaria y puso en grave riesgo su vida.
Es por eso que este tipo de actitudes autoritarias sobrepasan el límite y configuran una prueba más del facismo recalcitrante de las tesis uribistas en contra de la estructura democrática que consagra la Carta Magna, reafirman el absolutismo presidencialista que se ha instaurado en nuestra patria con la connivencia irresponsable tanto del sector político como del electorado adicto. Lo mas grave es que la tendencia es la de perpetuar semejantes desafueros. O si no !que hable Santos!
La jueza simplemente falló con base en las pruebas que se recogieron en el expediente. Los mismos superiores del entonces coronel (generales) dijeron que el encargado de todo el operativo de rescate y de las personas que salieron vivas y que luego aparecieron MUERTAS fue el coronel hoy condenado. La pruebas testimonial y documental (videos) son contundentes, como la grabación donde el coronel ordena: “Continúen trabajándolos hasta que canten”. Y es que, el Estado so pretexto de salvar la democracia no puede recurrir a los métodos de los delincuentes sean estos comunes o políticos, puesto que Colombia es un Estado de Derecho y con estatutos reglados. Otra cosa es que el propio presidente le haya puesto una lápida a la jueza en mención al cuestionarla por su fallo, sin esperarse incluso la apelación en curso. Además se debe investigar a los médicos que han certificado que el coronel se encuentra “deprimido” contrario a lo sostenido por medicina legal que lo ha declarado apto para ser enviado a una cárcel, tal como ocurre con el común de la personas. Recordemos además que el Coronel dijo que hacía lo que hacía el día de los hechos “para defender la democracia, maestro”. Hoy esa misma democracia que tanto dijo defender ha dictado su fallo: CULPABLE

CONJETURAS La incoherencia entre los debates y las encuestas

Un debate, según el diccionario de la Real Academia Española significa controversia o discusión de opiniones contrapuestas entre dos o más personas. Valdría la pena preguntarse si hubo algo de eso en los mal llamados debates televisivos que se hicieron en la presente campaña colombiana para elegir Presidente de la República, en absoluto. Por eso se dice que se trató más bien de unas extensas y aburridas ruedas de prensa que, por no otorgarles a los candidatos tiempo suficiente para una mejor exposición de las ideas, en manera alguna permitieron esa controversia.
De todas maneras, de la actuación de los aspirantes, los mejor librados en los pretendidos debates fueron los peor librados en las encuestas. Infortunadamente esa es la triste realidad que nos impone la dinámica política de nuestros tiempos en el caso de los dos mejores candidatos, a mi juicio: el de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras y el del Polo, Gustavo Petro. Las personas que en verdad se tomaron el tiempo necesario para leer las propuestas y vistos y escuchados los debates por televisión, han concluido mayoritariamente que fueron los de más coherencia, seriedad y profundidad en los temas. Sin embargo, esa opinión no fue consecuente con lo que reflejaron tales sondeos de opinión.
Ambos candidatos aparecieron entre los primeros seis en la parte de la cola en referencia a las mediciones mencionadas, sin duda producto de la polarización entre los dos candidatos que puntearon casi siempre e incomprensiblemente por cuenta de la reciente teoría del voto útil.
En el caso de Vargas Lleras el hecho se explica por cuanto el aspirante por el partido de la U siempre se arrogó el hecho de ser el único heredero de las políticas del presidente Uribe, tratando de hacerle ver al electorado que solo él podría darle continuidad a ese legado, en especial la seguridad democrática. Eso llevó a que quienes privilegian tal política sin otra consideración, estuvieron con Santos a plenitud, así supieran y creyeran que había otras propuestas mejores. En cuanto a Mockus, su persistente discurso contra la corrupción valiéndose de las oportunidades que ha dado Uribe con tanto escándalo pernicioso como, Agro Ingreso Seguro, falsos positivos, chuzadas, entre otros, devino en lo que Vargas Lleras denomina el “voto útil”, según el cual se fortaleció el apoyo a quienes marchaban en la cabeza de las mediciones de intención de voto, lo que permitió que terminaran ganando, no necesariamente los mejor preparados ni mucho menos los programas mejor estructurados y concebidos.
De otra parte, los candidatos a quienes les fue mejor en los debates: Petro, Vargas y Pardo han sido parlamentarios en el pasado reciente, lo cual hace pensar que quienes tienen esa condición son los más duchos y seguros en la exposición de las ideas; contrario sensu, los tecnócratas: Santos y Mockus aparecían en esas supuestas controversias televisivas como repitiendo permanentemente un discurso que además de inseguro, se notaba, calcado, redundante y la mayoría de las veces, casi siempre deslucido.

El educador es un promotor de las aptitudes de sus pupilos

Es indudable que un maestro, un educador, un docente o como se le denomine, encarna a la persona capaz de abrir las mentes de sus estudiantes y desarrollar en ellos diversos modos de vocación, de tal forma que posibilita con sus enseñanzas el desarrollo y progreso de la sociedad en su conjunto. La sociedad crece y se dinamiza gracias a la educación y es el profesor quien viabiliza este postulado. El maestro participa ampliamente en el incremento de las potencialidades ocultas en cada alumno, de forma que a partir de ellas pueda ocupar un rol importante en la sociedad lo cual le conducirá axiomáticamente a alcanzar su bien propio así como el bien común.
Si concebimos siempre como esencial el rol de la educación en la sociedad, no podemos dudar en ningún momento que el maestro es elemento básico al que debemos especial consideración, respeto y apoyo. Las reformas sociales no las hacen las leyes, sino los maestros, los profesores.
Y si debemos confiar en ellos como educadores auténticos, entonces es menester que tengan un nivel cultural bastante alto, que sean honestos, pero a la vez también que ganen un salario justo y digno de la gran función que se les encomienda; de tal manera que nadie, llámese Estado, municipio o sociedad, pueda desconocer su significación y trascendencia ni mucho menos les despoje de su dignidad.
Sin embargo, un buen profesor no se define por su actividad sino por el sentido que da a ella. Es por esto que es preferible la palabra educador antes que profesor. Educar implica dirigir, orientar, facilitar un cambio en la persona del otro. El educador es entonces aquel que dispone su vida, sus acciones al servicio de otro. Es un servidor, quizás en su sentido originario, de ayuda, de solícita compañía. En esa donación a sus estudiantes encuentra su propia felicidad y realización.
Un profesor por tanto debe dejar de ser un mero preceptor de contenidos intelectuales y teóricos para convertirse en un pleno educador, en un servidor e impulsor de las vocaciones de sus pupilos que, como ya mencionamos, es el fin último de su quehacer. Un alumno no se acerca al colegio a repetir lo que ya sabe, sino a ampliar su horizonte; solo un profesor con la sabiduría y el conocimiento propios permitirán responder a esta necesidad vital.
Enseñar no es un oficio; es una vocación. Sólo los iluminados, los que poseen un alto sentido de la vida y de la sociedad son capaces de llegar a ser educadores. Me sumo, con toda el alma al merecido homenaje al educador en su día.

Se metió la vaca loca

Sobre la vía que comunica a Girón con Bucaramanga, un conductor arrolló con su carro a una vaca que caminaba junto a cinco ejemplares más, la noche del domingo de pascua de 2010. El hombre, supuestamente por el hecho de que el propietario del animal nunca dio la cara para pagar los daños ocasionados a su automóvil por el despiste del cuadrúpedo, no tuvo ningún empacho en regresar al día siguiente junto a otras personas y descuartizar al animal, pretendiendo con la venta de su carne pagar los desperfectos sufridos por su vehículo.
Lo que se determinó en primer término por la Policía Ambiental de Bucaramanga, el Invima y la Secretaría de Salud del Municipio fue inspeccionar la zona y verificar si los implicados infringieron las normas de control sanitario, para lo cual le aplicaron al animal creolina y después lo incineraron, según la indicación de los expertos.
El conductor implicado en este percance enfrenta un proceso administrativo que puede ocasionarle el pago de hasta 10 salarios mínimos.
En presencia de estos dos tipos de situaciones, hay que hacer un breve análisis: En primer término, frente al hecho de que el propietario del semoviente no dio la cara para responder, el ofendido quiso hacer justicia por propia mano y procedió a ejecutar lo que primero se le vino a la cabeza, desentendiendo que existen leyes que, como en este caso, se vuelven contra uno. Ahora este hombre no sólo no podrá resarcir los daños de su carro, sino que tendrá que pagar la multa de tres salarios mínimos mensuales (algo más de un millón quinientos mil pesos) que le aplicaron por descuartizar la vaca. Debió esperar a hablar directamente con el dueño del semoviente para arreglar la situación legalmente.
Por otra parte, no se puede dejar de lado la responsabilidad que le atañe al dueño del semoviente, ya que debió precaver que sus animales permanecieran en el potrero y no en la carretera, lo cual lo hace responsable de reparar el daño ocasionado al vehículo y ser menos negligente e irresponsable a la hora de reconocer sus obligaciones. Ahora, en este caso ¿Quién lo obligará a resarcir los daños ocasionados por la vaquita ambulante, si con su indiferencia o evasión inicial da la impresión de que siempre hace lo que quiere?
Ambas situaciones son irrebatibles. Pero hay que ser realistas ¿Quién manejaba? ¿Quién es el que tiene raciocinio? ¿Quién es el de la inteligencia? o será que por andar a las carreras ese atolondrado conductor prefirió echarle el carro encima al semoviente? Siento decirlo así, pero es la realidad, muchos conductores (porque frecuentemente se han visto), apenas divisan a perros y gatos, les echan el carro encima muchas veces malévolamente, sin necesidad alguna ¿Entonces, qué se puede esperar de una persona que al parecer es bastante intolerante?

¿No es una desfachatez la celebración del Día del Trabajo?

Juan Pablo II en su encíclica Laborem excersens dice que el trabajo es en sí, “una realidad exclusiva de la persona humana” (ni Dios (que actúa) ni la naturaleza ni la máquina trabajan). El trabajo, sostienen algunos filósofos y sociólogos, explica la dignidad del hombre pues posibilita la perfección ontológica a la que está llamado el ser humano. Por tal razón -aseveran- el hombre, necesita trabajar, indefectiblemente. El trabajo no es accidental sino consustancial al existir de los humanos.
Como dice el viejo adagio “el trabajo dignifica”. Esta aseveración es totalmente cierta ya que realizando una labor podemos desarrollar nuestro intelecto y nuestras habilidades tanto físicas como mentales.
Hasta ahí las ponderaciones al trabajo, a la actividad laboral del hombre. Pero ¿Se respetan estas consideraciones? Sin duda que no, porque hoy en Colombia nos hemos acostumbrado, sin que al Gobierno parezca inmutarle, a tener altas tasas de desempleo. Los desempleados, sus familias y allegados son en general los únicos que sufren en silencio su tragedia.
En Colombia el desempleo está disfrazado de informalidad, del famoso rebusque. Un 15 por ciento de colombianos, hombres y mujeres en edad de trabajar, integra ese grupo humano que dicen está dedicado a la informalidad, es decir, trabajadores sin tipo alguno de seguridad social o estabilidad laboral. Además de ellos, existen los desempleados, que suman un alto número de personas. Imposible calificar tan incontrovertible realidad como un éxito de este gobierno, el cual aspira con su candidato incondicional a mantener sus desfavorables políticas generales puestas en marcha en los 8 años anteriores. Evidentemente que no. Para millones de colombianos eso es vergonzoso.
Es incuestionable que un escaso número de connacionales trabaja bajo alguna modalidad contractual, pero la mayoría ligada a contratos a término fijo y bajo la forma de salario integral. De ellos, unos pocos devengan el salario mínimo. Muchos laboran por fuera de la legalidad y su mensualidad ni siquiera alcanza a esa ínfima suma de dinero.
Muchos compatriotas, la inmensa mayoría, a pesar de batirse toda la vida tras unos pesitos para poder mantener su supervivencia y la de los suyos, al final de su edad productiva no podrán jubilarse pues las inamovibles normas establecidas por los últimos gobiernos colombianos se lo impiden. Por todo lo anterior ¿No es una desfachatez la celebración del Día del trabajo?

CONJETURAS: COLOMBIA, DEMOCRACIA DE PAPEL

Democracia, supongo, tiene que ver con ciudadanía en cuanto a la igualdad frente a la ley, pero ¿Tenemos en Colombia ciudadanos en el sentido real de la palabra? Lo cierto es que somos una especie de islotes inconexos que denotamos grandes y terribles fallos pero a la vez padecemos, desafueros e injusticias. La democracia colombiana es, en teoría, en el papel, una de las más exitosas del planeta, ya que está respaldada por una constitución que consagra el Estado de Derecho y las libertades individuales, una democracia participativa y de avanzada que virtualmente es un modelo a seguir.
La verdad es que nuestro país padece una gran injusticia de clases, económica y democrática. Podemos exhibir como prueba de ello, el hecho de que habiéndose consagrado la salud como un derecho y un deber de la ciudadanía en el papel, es bien distinta la realidad, pues no podemos olvidar, por ejemplo, los abusivos e injustos decretos de emergencia social con los cuales se pretende modificar varias normas relacionadas con el manejo de los recursos de ese sector, buscando así aliviar su crisis.
¡Ah trabajo el que le espera al próximo mandatario de los colombianos! pues bien difícil será enmendar la actual situación dado que la brecha entre los ricos y los pobres es cada día más grande y el desempleo ronda el 15 % en promedio de los años recientes. Al parecer ninguna de las empresas colombianas parece querer parar esa odiosa tendencia a reducir sus nóminas. Y qué decir de ese desenfreno en decretar casi siempre, cada 6 meses, una nueva reforma tributaria (la nueva cada vez peor que la anterior), que gravarán indiscutiblemente un bien preciado e intocable: la canasta familiar, dejando, de paso, desamparada la cultura, sin duda la cenicienta del Estado, la cual no percibirá la atención que necesita para ser llevada al pueblo, tal y como lo mandan y las utópicas disposiciones que nos rigen, tal vez bien intencionadas pero nunca efectivas y trascendentales.
Nuestro país mantiene las apariencias de estado en vías de desarrollo, mientras deja que las aves de rapiña hagan fila para exprimir las enormes riquezas que poseemos, ello ostensible en una eterna corrupción, rampante y descarada, la cual parece no ser afectada por la política artificiosa de meritocracia y anticorrupción del actual gobierno. El nuestro, por desgracia, es simple y tristemente un país tercermundista producto de la inconciencia política y social. Para sacarlo de este sombrío panorama es necesario hacer cumplir justa y eficazmente la Constitución. Así tal vez será posible la consolidación de la democracia en Colombia como una realidad éticamente correcta, a la que tal vez no le harán falta tantas leyes de papel para mantenerse vigente.

El pobre siempre es el paganini

En días pasados el alto representante ante el Banco Mundial y ex-ministro Guillermo Perry Rubio propone lo que, según él, es la salvación para el sistema de salud de este país y que consiste en gravar con impuestos a las gaseosas, y si hace falta plata, impuestos a la yuca, al arroz y a la panela, por desgracia, únicos alimentos que están consumiendo los asalariados colombianos quienes fueron favorecidos con ese “gigantesco” aumento del salario mínimo otorgado por Uribe.
Este ridículo ex-ministro, debe considerar totalmente injusto aumentar impuestos al Whisky, la champaña, el caviar y demás manjares con que los ricos deleitan sus paladares en los clubes sociales, pero en cambio, según su sabio aporte o admonición macroeconómica, es pertinente aumentar el gravamen a la sencilla limonada o a la humilde aguapanela con la que la gente modesta suele acompañar sus magros almuerzos.
Aquí cabe recordar que desde el inicio del Seguro Social, siempre quedaron excluidos de los aportes que debieron hacer para el sostenimiento del mismo, el presidente, los Ministros y sus familias; las tres ramas de las fuerzas armadas y sus familias, porque las fuerzas armadas sí quitan Presidentes, los Congresistas y sus familias, y también los trabajadores de Ecopetrol, porque en aquella época paralizaban el país cuando querían. Hoy se mantienen tan protegidos privilegios para ese “combito”, pero para el resto de colombianos, el Gobierno quiere que sus servicios de salud los financien los jugadores de sapo y los que almuerzan con empanada y gaseosa.
Pues nanay cucas. El problema de salud es grave; la emergencia social no soluciona ni poquito la dificultad; eso es un problema estructural, es decir de la estructura del modelo económico que nos rige, o sea del neoliberal. La emergencia son solo pañitos de agua tibia, con una vigencia de tres meses según la Constitución. Tienen que hacerse reformas de fondo y probablemente nos cueste a todos. Lo único que se espera es que no se siga deteriorando la calidad. Los decretos de emergencia social solo castigan calidad por cobertura.
Es inaplazable replantear esa postura, pues ella es, como se ha dicho hasta la saciedad, inequitativa, tendenciosa, deshonesta (La medicina prepagada dispone de una calidad mejor en servicios y atención); además, la salud es un tema que no tiene discusión. Ella no se puede quedar a medias. Hay muchos temas que no fueron incluidos en el POS y que, por desgracia, los trabajadores de menos recursos deben asumir con estoicismo.

Conjeturas Las autodefensas son obstinadas

Es posible que nadie olvide que entre 2003 y 2006, el gobierno colombiano implementó un artificioso proceso de desmovilización de varios grupos armados que integraban la violenta, cruel y mafiosa coalición paramilitar conocida como las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia). Según el gobierno, el proceso fue exitoso, ya que varios miles de esos delincuentes se desmovilizaron, comprometiéndose a cesar en sus criminales actividades delictivas, sumándose a supuestos programas de reinserción que les ofrecían capacitación, empleo y salario. Desde entonces, el gobierno ha afirmado reiteradamente que ya no existen paramilitares en Colombia. Sin embargo, poco después de la finalización de ese supuesto proceso fueron surgiendo otras bandas criminales, sucesoras de esos grupos originarios, las cuales continuaron las actividades delictivas de los paramilitares que antes actuaban bajo el mando de las AUC.
Hoy en día, esos grupos sucesores tienen un brutal impacto en la situación humanitaria y de derechos humanos en Colombia, como ha sido documentado en varios informes. Resulta evidentemente alarmante la participación de los grupos sucesores en abusos graves y generalizados contra civiles, que incluyen masacres, ejecuciones, violaciones sexuales, amenazas y extorsión. Han atacado y amenazado en reiteradas oportunidades a defensores de derechos humanos, sindicalistas, personas desplazadas, entre ellas afrocolombianos que luchan por recuperar sus tierras, víctimas de las AUC, desplazados que buscan justicia y miembros de comunidades locales que no aceptan sus órdenes.
El surgimiento de estos grupos coincidió con un incremento significativo de los índices de desplazamientos internos en todo el país desde 2004 hasta al menos 2007. Y resulta claro que en algunas regiones, como en la ciudad de Medellín, donde el índice de homicidios casi se ha duplicado en el último año, los operativos de los siniestros grupos han causado un marcado incremento de la violencia.
Este es un nocivo fenómeno que no se puede dejar de lado pues no olvidemos que las AUC nacieron por la unión de muchos grupos en todo el país y si hilamos delgadamente, posiblemente estos “nuevos grupos” en algunos meses pretendan unirse y en algunos años beneficiarse penalmente con alguna ley, leonina y ventajosa, dejando intactos muchos bienes adquiridos por el narcotráfico y el desplazamiento forzado.

El peligroso oficio de sapiar

La ilusión de estudiar una carrera universitaria tiene como objetivo lograr un ascenso en la escala social, pasar de un estadio a otro y naturalmente, la mayoría de las personas aspiran a tener un ascenso y no un descenso en esa pirámide social. Si la persona estudia, tendrá sin duda un mejor trabajo y, en consecuencia, obtendrá mejores ingresos y podrá ahorrar más para vivir apropiada y decorosamente.
Por esta razón los padres y madres de familia y sus jóvenes hijos aspiran a estudiar una carrera universitaria. Para ello hacen muchos esfuerzos; se pretende "ser alguien", se persigue con el estudio alejarse de los círculos de la violencia armada y callejera. Todos aspiran a ser buenos profesionales, buenos padres o madres y buenos ciudadanos.
Por eso, la controvertida propuesta del presidente Álvaro Uribe de ofrecer dinero a estudiantes para que entreguen información sobre actos delincuenciales, más que peligroso para la integridad de estos jóvenes, pareciera convertirse en la formación de un Estado Policiaco.
Para el presidente parece que no fueran eficaces las fuerzas públicas y las organizaciones de inteligencia para encontrar a los delincuentes, y ahora con tal proposición comprometería seriamente la vida de esos estudiantes.
La juventud ha sido siempre símbolo de esperanza, de cambio, de allí que muchos países protejan y eduquen a su población joven para que ésta tome las riendas del destino de sus naciones. La juventud tiene una gran capacidad de convicción, pero también es muy influenciable.
La juventud no debe ser utilizada para estos fines, la juventud debe ser protegida y formada en valores para que el día que hereden la nación construyan un futuro mejor.
Lastimosamente, esta nueva iniciativa de Uribe va encaminada no a un sistema de colaboración a la justicia, sino a la formación de una policía civil que se dedique a espiar a los ciudadanos, lo cual conllevaría a la creación del Estado policiaco, que es al final, el tránsito hacia un Estado totalitario.

CONJETURAS EL DÍA DEL PERIODISTA

Es posible que una de las profesiones más proclive a la defenestración sea la de periodista. Este oficio, en muchos casos poco valorado, con una autocrítica feroz, se ha acostumbrado a ser maltratado y recibir constantemente descripciones inafames como “la canalla de la prensa”. Sin embargo sin la profesión periodística nuestra vida no sería la misma.
Pocas profesiones con tanto poder de influencia como el periodismo. Existe desde tiempo inmemorial, pues se dice que el primer periodista del que tenemos noticias fue aquel mensajero que corrió bastantes kilómetros en Grecia (42 para ser exactos) para informar que se había ganado la batalla de Maratón. Incluso la Biblia tiene sus periodistas, siempre mensajeros, y el Arcangel San Gabriel también hizo de anunciador (y por tanto de periodista, ubicado en la Historia Sagrada) del nacimiento de Jesús a la Virgen María.
Los periodistas son tan importantes como las historias que cuentan y cómo las cuentan, porque el profesionalismo y el buen hacer no está en la cobertura territorial de las noticias o en la importancia del medio. La importancia del periodismo está en contar con rigor y bien lo que acontece.
Hoy en día, en nuestro medio, el periodismo colombiano se ha venido caracterizando por su fortaleza a la hora de enfrentar los hechos que afectan al país, por su profesionalismo y por su alto nivel investigativo, el cual ha llegado a quitarle la vida a más de un centenar de comunicadores en la última década.
Por estas razones, el día del periodista debería ser entonces el día adecuado y justo para recordar aquellos hombres y mujeres que han sacrificado sus vidas, su paz y la de sus familias para construir un mejor país; denunciando corrupción y atropellos a la comunidad.
Gracias al sacrificio de estos periodistas, Colombia ha dado la guerra sin cuartel a todos los criminales transgresores del frágil ordenamiento jurídico colombiano, quienes han pretendido desestabilizar permanentemente a nuestra patria. Un país construido con justicia, un país con instituciones respetadas, un país honesto y trabajador, es la real esperanza que nos permitirá salir de tan macabro laberinto como el que vivimos, y es el periodista el adalid de ello.

Anhelos de Colombia para el 2010

Considero que estamos ciertos los colombianos de que cada uno de nosotros tiene unos anhelos, que de realizaese, nos traerán si no felicidad, al menos sociego en nuestras tribulaciones, siempre y cuando cada compatriota antes de creer en los hombres crea primero en la ética y moral de Dios.
En primer término: Que quienes asuman responsabilidades políticas o administrativas no hagan más juramentos poniendo a Dios por testigo falso, puesto que hay mucho sobrecupo en la Picota.
Que la política de Seguridad Democrática deje de ser ya un sofisma de distracción y se convierta en seguridad social ante los problemas que reclaman los colombianos, con más ahínco, desde hace ocho años.
Que los partidos políticos sean serios o que aparezca por fin un verdadero partido político, no politiquero, con principios firmes, claros, éticos y morales lejos de todo voltiarepismo al que nos tienen acostumbrados.
Que la peste del reeleccionismo presidencial sea exterminada para así acabar con el mito de los genios necesarios e insustituibles. Que la constitución nacional deje de ser un burdo panfleto de caucho que se comprime o encoje al capricho de los politiqueros de turno.
Que el pueblo siempre tan explotado adquiera ya un poco de cultura política, para no vender su conciencia mediante un voto ante algunos profesionales de la demagogia, la falacia y el engaño.
Que los mal llamados padres de la patria no abusen más de su auto-poder para incrementar desvergonzadamente sus mesadas, mientras que el miserable salario básico de los pobres lo asignan siempre mediante un fresco y descarado decreto.
Que esa enfermedad llamada corrupción, que tanto nos está minando solo se pueda combatirse con la pena perpetua, el destierro o penas igual de temibles.
Y, finalmente, que no nos nombren mas Uribitos con caritas de “yo no fui” , pero que sólo han servido para ayudar e enriquecer a los “campesinitos” opulentos del país.