Diego Gregorio Carmona González
Círculo de Periodistas de Buga
Todos los que como docentes hemos colaborado alguna vez en la formación de los jóvenes a nosotros encomendados y no meramente en la formación biológica sino en la intelectual y moral, lo hemos hecho con paciencia franciscana y vocación de apóstoles.
Y ello porque nadie mejor que un maestro sabe que la educación de una sociedad representa la vía más segura de su permanente desarrollo ya que es en ella en donde concentra todo aquello que hace valioso al ser humano: su capacidad de servir, analizar, desarrollar, aportar, cuestionar, construir. Por eso, vale la pena tener presente que el maestro es un ser lleno de energía y esperanza, dotado de la pasión de un quijote enamorado y poseedor de la fortaleza de un héroe griego; es el maestro noble como un humanista y sobre todo es un apasionado de la vida, por lo cual es fortaleza y guía de los alumnos y esencialmente constituye esperanza y vida para ellos.
Hoy los roles que tiene que desempeñar el profesor, dependen evidentemente del paradigma o paradigmas dentro de los cuales tiene que desempeñar su labor docente. Por ejemplo, la tarea del docente no es la misma en una concepción constructivista que en una concepción reproductora del conocimiento. Y la responsabilidad del educador no es la misma en una perspectiva centrada en el alumno y en su aprendizaje que en una perspectiva centrada en la enseñanza y en el profesor. De igual manera, la misión del docente tiene que cambiar cuando se pasa de una consideración estática de la enseñanza a otra dinámica instalada en el cambio y en la innovación como exigencia de calidad. Y de igual manera se dice de la actual perspectiva tecnológica. Por otra parte, hoy el maestro debe dejar de ser un docente trasmisor para pasar a ser un docente orientador, facilitador de la investigación, del conocimiento, de la búsqueda de soluciones a problemas que surgen de la realidad. Además debe promover en los alumnos el interés, la autonomía y la cooperación.
El maestro constituye un grito de fe porque cree en el hombre, una proclama de esperanza porque siembra para que otros cosechen y un verdadero testimonio de amor porque el docente muere un poco cada día para que otros vivan plenamente.
En esta fecha especial para todos los maestros les deseo lo mejor y les extiendo una invitación para seguir creyendo que se puede edificar con el vigor y transformar con la voluntad.