Una propuesta inconveniente

No nos deben extrañar a los colombianos ciertas ideas estrambóticas que suelen surgir de este Gobierno de la seguridad democrática, como esa, que de llevarse a efecto, se constituiría en un proyecto negativo o sencillamente en un plan perjudicial para nuestra sociedad, idea rayana en lo absurdo, surgida del Ministro del Interior y consistente en que la policía nacional dependa del Ministerio de la política.
Dicha propuesta es tan perjudicial que debería quedarse en eso, en una pésima sugerencia por los perjuicios que implica para la salud del país, porque al desligarse a la Policía del Ministerio de Defensa, que es a donde actualmente y por naturaleza pertenece, se la separaría de las demás Fuerzas Armadas con las cuales debe coordinar operaciones conjuntas.
Es, igualmente, una perniciosa sugerencia puesto que implica desconocer la situación de conflicto interno crónico que vive el país, así como las serias dificultades que actualmente se viven con Venezuela, razones más que suficientes para que dicho cuerpo armado permanezca en donde está, unido a sus pares de armas y desligado de la política y su secuaz, la politiquería, que caracteriza al ente que pretende afiliarla.
Al parecer no es gratuita tan aberrante idea, pues se trataría de abrir una ventana para que más adelante otros ministerios hicieran igual solicitud con otras instituciones del Estado. Que tal la Corte Suprema reportándose ha determinado ministerio, la Fiscalía de la misma manera y así sucesivamente otras entidades gubernamentales. Con ello se parcelaría la democracia, la idoneidad y el orden nacional e institucional y no sería extraño que fuera el presidente quien designara, saltándose las normas constitucionales, de manera ilegalmente potestativa y de acuerdo con su particular arbitrio, es decir a dedo, al fiscal, a jueces, magistrados, contralor, etc., en su condición de mandatario perpetuo y autócrata de los colombianos.